El shock del informe y cómo cambian las apuestas sobre la Fed

Me desperté leyendo el dato de empleo y, sinceramente, sentí una mezcla de sorpresa y déjà vu. Solo 22.000 empleos añadidos en agosto frente a los 75.000 que esperaba el mercado no es un pequeño despiste: es un jarro de agua fría que reconfigura las apuestas sobre la política monetaria. Y, sin embargo, bitcoin se mantiene por debajo de los 112.000 dólares como si nada. Me llama la atención esa desconexión entre la macro y el precio: esperaba que la probabilidad de un recorte de tipos impulsara a BTC, pero el mercado ha decidido otra cosa.

El shock del informe y cómo cambian las apuestas sobre la Fed

El informe de agosto no solo decepciona por el número en sí, sino por las revisiones a meses anteriores: se recortaron 21.000 puestos del total de junio y julio, y junio incluso mostró una pérdida neta de 13.000 empleos. Es evidente que la narrativa de fortaleza persistente del mercado laboral está en entredicho. Desde mi punto de vista, cuando la estadística principal y sus revisiones apuntan en la misma dirección, el mercado se ve forzado a replantearse la ruta de la Fed.

Ese replanteamiento ya se ha materializado en probabilidades: la reunión del 17 de septiembre pasó a cotizar prácticamente un recorte de tipos seguro, con una probabilidad teórica del 100% y hasta una pequeña posibilidad de un recorte agresivo de 50 puntos básicos. Además, las expectativas de más recortes para noviembre y diciembre han aumentado. En teoría, menos presión en los tipos debería bajar los rendimientos del Tesoro y, para activos de riesgo como bitcoin, eso suele ser una vela verde. Pero la realidad de estos días ha sido más gris.

Qué dice el gráfico de Bitcoin y por qué la técnica no miente

En el corto plazo, bitcoin intentó reaccionar y llegó a superar los 113.300 dólares, pero ese rebote fue efímero: la cotización volvió a caer por debajo de 111.982 dólares, que actúa como el cuello del doble máximo. Para quienes nos fijamos en la técnica, esa incapacidad de reconquistar el nivel es significativa. Un doble máximo confirmado por la ruptura del cuello habitualmente anuncia cambio de tendencia y más probabilidades de bajadas.

Además, el criptoactivo ha cruzado por debajo de la nube de Ichimoku en el gráfico diario, otro dato que refuerza la lectura bajista. El primer soporte relevante aparece alrededor de los 101.700 dólares, que coincide con la media móvil simple de 200 días. Esa confluencia de factores técnicos me recuerda la situación que vimos en febrero, cuando una ruptura similar derivó en una caída más prolongada, hasta niveles cercanos a los 75.000 dólares. No digo que vaya a repetirse exactamente, pero la historia técnica marca posibles riesgos.

Hay otro factor a vigilar: la volatilidad de los rendimientos del Tesoro. El movimiento inicial tras el informe fue a la baja en los yields, lo que debería haber beneficiado a bitcoin, pero los rendimientos pueden moverse con fuerza en cualquier dirección conforme el mercado digiere la nueva realidad de recortes y las revisiones de empleo que están por salir. Esos saltos en yields generan tightening financiero momentáneo aunque el horizonte sea de tipos más bajos, y eso siempre asusta a los activos de riesgo.

Por si fuera poco, se espera que las revisiones anuales de empleo eliminen aún más puestos de los registros previos: hay encuestas que hablan de entre 500.000 y 1.000.000 de empleos que podrían «desaparecer» en la contabilidad retroactiva. Si se confirman recortes de ese calibre, el sentimiento macro podría volverse aún más frágil antes de estabilizarse.

En mi opinión, la combinación de técnica bajista en bitcoin y la potencial montaña rusa de los rendimientos crea un entorno donde los movimientos bruscos son más probables que una subida estable. No me sorprende que el precio haya optado por la prudencia: los traders ven riesgo y no quieren coger la subida en la cresta sin confirmación. Bitcoin ha sido volátil por definición, pero ahora mismo las señales apuntan a que el mercado prefiere proteger posiciones.

Para la comunidad tech y cripto, esto tiene implicaciones prácticas. Si estoy construyendo o integrando productos que usan BTC como reserva o colateral, la gestión de riesgo debe ser más conservadora. Si mi apuesta es de largo plazo, esto puede ser una pausa necesaria para limpiar el mercado y permitir entradas más controladas. Si, por el contrario, trabajo en trading o proyectos con apalancamiento, la prioridad es reducir exposición hasta ver confirmaciones técnicas o estabilización en los rendimientos del Tesoro.

En cuanto a los desarrollos del ecosistema, creo que la narrativa macro va a importar tanto como la narrativa on‑chain. Una bajada de tipos podría ser buena a medio plazo para el apetito por riesgo, pero si la transición llega con picos de volatilidad en los bonos y revisiones de empleo que deprimen la confianza, el efecto tardará en materializarse en una subida sostenida de BTC.

Para cerrar, soy optimista a largo plazo sobre la adopción de cripto, pero también soy realista sobre los ciclos. Ahora mismo estamos en una fase donde la macro empuja en una dirección y el precio se resiste. Prefiero ver esto como una llamada a la prudencia más que un drama. Vigilaré de cerca la confirmación técnica del doble máximo, las revisiones de empleo y los movimientos en los rendimientos. Si buscas entrar o escalar posiciones, mi consejo es esperar señales claras o hacerlo con tamaños que aguanten un tramo de volatilidad. Personalmente, me mantendré atento y con la guardia puesta: la próxima semana promete movimientos, y en este juego, la paciencia suele pagar más que la prisa.

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