Alerta sobre fraudes con videos de inteligencia artificial

La rápida mejora de las herramientas de inteligencia artificial ha facilitado la creación de videos y audios sintéticos que imitan a personas reales con gran realismo. Estos deepfakes se han convertido en una nueva vía para la extorsión: delincuentes fabrican o manipulan imágenes y grabaciones para amenazar a víctimas, exigir dinero o forzar decisiones. Ante esta amenaza, las autoridades han emitido advertencias y recomendaciones para identificar y prevenir fraudes basados en contenido audiovisual generado por IA.

Qué son los deepfakes y cómo se emplean en extorsiones

Los deepfakes son archivos multimedia modificados o creados mediante algoritmos de aprendizaje automático que reconstruyen rostros, movimientos y voces. Los atacantes pueden combinar fragmentos reales con material artificial para producir videos falsos en los que una persona parece decir o hacer algo que nunca ocurrió. En el contexto de la extorsión, estas piezas se usan para intimidar: amenazas de difusión de material comprometedor, suplantación de identidad para convencer a familiares o empleadores, o creación de pruebas falsas en conflictos personales o laborales.

El objetivo del extorsionador suele ser obtener un pago inmediato, información privada o acciones específicas (transferencias, desactivación de cuentas, retiro de denuncias). Dado el realismo que alcanzan algunas producciones, muchas víctimas reaccionan con miedo y confusión, lo que facilita que ceda ante la presión.

Señales de alerta y cómo verificar un video o mensaje sospechoso

No todos los deepfakes son perfectos; existen indicadores técnicos y contextuales que ayudan a identificar un material manipulado. Ante cualquier video o audio que busque apresurar una respuesta, conviene mantener la calma y comprobar lo siguiente:

  • Calidad del audio y sincronía labial: desajustes entre sonido y movimiento de labios, eco o cambios bruscos en el tono pueden indicar manipulación.
  • Parpadeo y expresiones faciales: gestos poco naturales, ausencia de microexpresiones o movimientos rígidos son señales comunes.
  • Iluminación y sombras: inconsistencias en la luz sobre el rostro o el fondo que no coinciden con la escena.
  • Detalles del fondo y objetos: elementos que aparecen borrosos, repetidos o con distorsiones pueden delatar montaje.
  • Incongruencias en la narrativa: fechas, ubicación, circunstancias o datos que no coinciden con la realidad conocida.

Para verificar la autenticidad, pida pruebas en tiempo real: una videollamada, gestos específicos o repetir una frase inventada en el momento. Compruebe además la procedencia del archivo (si vino por redes sociales, correo o mensajería), y compare con material verificado previamente. Herramientas y técnicas forenses digitales, como analizar metadatos o emplear buscadores inversos de imágenes, también ayudan a rastrear el origen del contenido.

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Qué hacer si recibes una amenaza o te conviertes en víctima

Ante una extorsión basada en deepfakes, la respuesta debe ser metódica y segura. Pagar no garantiza que la agresión termine: los delincuentes pueden pedir más dinero o usar el pago como prueba de vulnerabilidad para nuevas exigencias. Estas son las acciones recomendadas:

  • No ceder a la presión económica ni interactuar impulsivamente con el extorsionador.
  • Preservar pruebas: guardar mensajes, archivos, capturas de pantalla, registros de llamadas y cualquier dato asociado (fechas, cuentas, números telefónicos).
  • Contactar a la autoridad competente para denunciar la extorsión y aportar las pruebas recopiladas; las fiscalías y unidades de ciberdelitos cuentan con protocolos para estos casos.
  • Informar al servicio de mensajería o la red social donde circula el contenido para solicitar la eliminación y bloqueo de las cuentas implicadas.
  • Si hubo transferencia de dinero, notificar al banco o servicio de pago y consultar sobre posibles medidas de recuperación o bloqueo.
  • Proteger la privacidad: cambiar contraseñas, activar la verificación en dos pasos y revisar permisos de aplicaciones y dispositivos.

Si necesita orientación práctica sobre seguridad digital o medidas preventivas, también puede consultar recursos generales en helguera.

Medidas de prevención y recomendaciones para reducir el riesgo

La prevención combina hábitos digitales responsables, ajustes de configuración y educación sobre ingeniería social. Entre las medidas más efectivas están:

  • Limitar la publicación de material personal: evitar subir videos y fotos íntimas o sensibles que puedan usarse para alimentar modelos de IA.
  • Reforzar la seguridad de cuentas: contraseñas únicas y robustas, autenticación multifactor y revisión periódica de dispositivos conectados.
  • Configurar privacidad en redes sociales: restringir la visibilidad de publicaciones y listas de contactos.
  • Desconfiar de mensajes urgentes o extorsivos: no responder ni seguir indicaciones hasta verificar la autenticidad.
  • Educar a familiares y empleados sobre tácticas de manipulación y señales de fraude.
  • Actualizar software y antivirus para reducir vulnerabilidades que faciliten la suplantación o el acceso no autorizado a archivos.

La colaboración entre ciudadanía, empresas tecnológicas y autoridades es clave para mitigar estos fraudes: las plataformas pueden mejorar detección y eliminación de deepfakes, mientras que las instituciones fortalecen marcos legales y protocolos de respuesta. En el plano individual, la prevención y la denuncia temprana reducen el impacto y ayudan a frenar la proliferación de estas prácticas delictivas.

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